martes, 17 de febrero de 2009

Todos somos importantes

Cada uno de nosotros es un eslabón importante en la gran cadena del universo, somos irreemplazables en nuestra misión. Si entendemos la importancia de nuestro rol en el universo, nos haremos cargo de la gran responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y con los demás. Nos querremos más. Y cuidaremos nuestra salud.

Mientras las cosas fluyen como se espera hay trabajos que son invisibles. Tomemos como ejemplo los recolectores de basura. Su trabajo es invisible para casi toda la ciudad. Pero si falta su aporte nuestro mundo se desestabiliza. Siguiendo con el ejemplo ¿Qué haríamos con la basura en casa, eternamente?

El aporte que podemos hacer al mundo (todos) es muy valioso, aunque a veces nos pareciera que no. Y debemos resguardar nuestra habilidad para llevarlo a cabo.

Nuestra salud es nuestra responsabilidad, intransferible. Los demás pueden ayudar, pero nuestra vida estará siempre en nuestras manos, sea que queramos coger las riendas o no.

Evitar nuestra misión en la vida nos perjudica a nosotros mismos, porque nos aleja de la felicidad y al resto del mundo, que espera de nosotros muchas cosas.

Todos somos importantes en la red de la humanidad, necesarios para que otros puedan cumplir con su misión. Del resultado de esta intrincada tela de araña surge el mundo que conocemos. Sin duda, es mejor si nadie se margina del resto de los humanos. Y para no hacerlo involuntariamente debemos cuidar nuestra salud: alimentarnos bien, dormir bien, hacer ejercicio, tener un proyecto de vida, tener una actitud positiva frente a la vida y a quienes nos rodean.

Si somos fuertes y felices, podremos, con certeza, mejorar este mundo para otros y para nosotros mismos.

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