domingo, 26 de diciembre de 2010

Feliz navidad

¿Por qué necesitamos una fecha importante para decirle, a quienes queremos, lo que sentimos? ¿Por qué esperamos una fiesta especial para regalar esa parte de nuestra alma que hubiéramos querido entregar antes?

Imagino que a los seres humanos nos cuesta fluir. Y necesitamos de estas fiestas para que nos lleven de la mano y nos acerquen a ese ser que normalmente simplemente está.

La navidad rememora uno de los eventos más importantes para el mundo occidental. Pero también es una instancia para suavizar diferencias y mostrar algo de nuestros afectos.

En este mundo civilizado sujetamos nuestros cariños por diversas razones. Puede que no nos interpreten correctamente. Puede ser que quedemos en una posición muy vulnerable frente al otro. Puede ser que no vaya con el rol que estamos desempeñando. Puede ser que nos rechacen. Puede ser que despertemos celos inconvenientes. Puede ser que pensemos que no tenemos derecho a sentir de la forma en que lo hacemos. Y con cualquiera de estas razones alejamos momentos de intimidad y de alegría.

Es difícil atreverse a construir puentes. No conozco una receta para conseguirlo. Pero sé que me gustaría que se lo propusieran conmigo. Tal vez eso me sirva para adquirir el coraje de hacerlo yo.

Feliz Navidad, que todos podamos crear o descubrir caminos a los sentimientos de los que nos importan.

sábado, 24 de julio de 2010

¿Existen las coincidencias?

Muchas veces he comentado que estoy segura de que las coincidencias no existen. Creo que el universo facilita las cosas que tienen que ser. Sin embargo, creo que es muy difícil darse cuenta de qué es lo que uno debe decidir cuando se le presentan estas ventanas de decisión que a veces llamamos coincidencias. Podemos darnos cuenta de que algo importante está frente a nosotros. Podemos darnos cuenta de que ese algo espera alguna acción de parte nuestra. Pero darnos cuenta de qué es lo que debemos hacer es mucho más difícil de lo que parece a simple vista.

Ojalá pudiera iluminarnos alguien sobre el camino que debemos tomar. Pero aquí es donde entra el libre albedrío. Y cada cual debe resolver solo cómo enfrentar estos retos del universo.

Podemos tomar la actitud pasiva, quedarnos en nuestra zona de confort, lo conocido, bueno o malo. Para no enfrentar el miedo a lo desconocido. No hacer cambios es también una toma de decisión. Igual se ha elegido un camino. Aunque a veces no visualizamos que también habrá consecuencias. Y muchas veces ni nos damos cuenta de que tomamos una determinación.

O podemos crear algo a partir de estos momentos que gatillan la duda, el asombro. Y claro, acá nos encontramos frente al misterio más absoluto. Este enigma da susto. Y el susto se mezcla con la duda sobre la propia capacidad de resolver los hechos correctamente. Es difícil tomar buenas decisiones. Siempre hay una renuncia asociada y los humanos no queremos perder nunca nada. Pero tomar el riesgo puede ayudarnos a crecer. Tal vez pueda ayudar un amigo, de esos que nos dicen las cosas que pueden ayudarnos, aunque nos incomoden. No siempre es rápido o fácil este proceso.

Como consuelo, puedo contarles que las coincidencias volverán a ponernos en el camino esos asuntos que debemos resolver de una forma diferente. Por otro lado… también puede ocurrir que nos llevemos una vida entera recibiendo esas coincidencias, sin atinar nunca a tomar la decisión correcta.

viernes, 16 de julio de 2010

El amor fluye por las almas

Quisiera rendir un pequeño homenaje a un hombre bueno, que crió con amor y sabiduría hijos que no llevan su sangre. Como él, sé que hay otros hombres y mujeres que han abierto su corazón a hijos que no llevan sus cromosomas. Y quiero hacer extensivo a ellos este pequeño homenaje. Porque con su amor incondicional hacen mejor este mundo y nuestras vidas.
Es verdad, cuando un niño es hijo de la mujer o del hombre que uno ama, es fácil amarle también. Pero algunos de estos niños se adueñan del corazón de hombres y mujeres que los crían sin tener nexo ninguno. Y aún así fluye amor. Hay quienes no reconocen familia si no hay lazos biológicos. Pero la biología no trae, necesariamente, amor en el mismo paquete. Existen familias biológicas bellas, unidas, incondicionales. Pero también las hay que se desparraman por el mundo sin raíces profundas en ningún afecto.
Qué misterio éste del amor. ¿Por qué a veces la placidez de un bebé, la sonrisa de un niño, nos llena el alma de futuro? ¿Por qué otras veces un niño que nos fue dado por la naturaleza no consigue que inventemos una vida para él?
No es que desprecie los vínculos biológicos. Tengo dos hijas que llevan mi sangre y las amo entrañablemente. Pero creo que sólo constituyen uno de los caminos. El amor, finalmente, fluye de alma en alma.

martes, 6 de julio de 2010

Cuando nada más cabe... creer en Dios es la respuesta

Siempre he sentido que mi vida es privilegiada. Tengo hijas preciosas, mi trabajo me encanta, mis amigos son excepcionales. Todos los días parten con un gran deseo de vivir lo que me traiga el destino.

Tal vez por eso, el dolor inmenso que me llegó ayer desestructuró mi vida. Muchas cosas siguen igual, reuniones, compromisos, tareas, en una secuencia automática que desdibuja un poco la realidad. Pero algo dentro del alma cambió para siempre. Este dolor extiende sus brazos más allá de mis límites y va a unirse a otra pena gigantesca que roba deseos de vivir. Es como si se alimentara del horizonte y sólo se expandiera. Crece con cada pensamiento, no madura, no se va.

Hoy en la mañana, mientras miraba por mi ventana, esperando que el amanecer dibujara contra el cielo una imagen tranquilizadora, pensaba en lo frágil que puede ser la felicidad, la vida misma.

Todavía no comprendo este sufrimiento. Ya llegará, imagino, el entendimiento. Sólo sé que, en estos momentos, lo único que le queda al alma es creer en Dios.

miércoles, 30 de junio de 2010

Las finanzas y las relaciones interpersonales

Aprender a usar racionalmente el dinero tiene que ver con la inteligencia, sin duda. Si yo no consigo entender cuánto puedo gastar, no voy a ordenar mi presupuesto. Pero, a veces, también tiene que ver con las relaciones humanas y esa compleja forma de convertir en actividades cotidianas nuestros más profundos deseos o problemas.

Una mujer que depende de un hombre que, en realidad, no quiere apoyar, puede demostrar su rabia o su indiferencia descompensando su presupuesto. O puede hacerle creer que debe depender de él, para no tener que darse el trabajo de generar su propio ordenamiento o poder atarle de una forma poco sana.

El marido que no quiere que su mujer trabaje muchas veces evita, en realidad, que ella adquiera destrezas en áreas que fueron su propia caja negra.

Un hijo puede usar los gastos desmedidos como una forma de llamar la atención de sus padres. No siempre la búsqueda de afecto de los hijos usa los caminos apropiados.

Si la persona para la que van intencionados estos mensajes subliminales no los comprende, el problema se eterniza y no se resuelve nada.

A veces, también, nuestra forma de ahorro (o no ahorro) puede mostrarle al mundo nuestros más profundos condicionamientos respecto a la vida.

Y entonces somos nosotros mismos los que debemos leer el mensaje. Tal vez, revisar nuestra forma de tomar decisiones respecto al dinero o el significado que le damos a algunos gastos…

Nuestra sociedad valora las finanzas como un punto central en nuestra forma de vivir. Son, por lo mismo, muy pocas las relaciones que pueden establecerse con cierta independencia emocional del tema. No nos queda más que aprender a leer los mensajes envueltos en materias financieras y tomar las decisiones correctas a partir de lo que desciframos. Esto puede ayudarnos no sólo a tener finanzas más saludables, sino también a tener relaciones más saludables. En definitiva, a vivir mejor.

lunes, 28 de junio de 2010

¿Para qué sirve este dolor?

El dolor, a veces, nos cae encima como el inesperado ruido del trueno. Y quiebra esa calma que nos trae la rutina.

Nos preguntamos ¿Cómo borrar este dolor que paraliza el alma? ¿Cómo evitar nuevos dolores?

Y entonces el dolor viene a decirnos que llegó para contrastar todo lo hermoso que ahora deberemos atesorar de nuestros recuerdos. Hay muchos momentos dulces que hemos vivido, que afloran cuando el dolor clava su espada en nuestro pecho. Momentos con humor, besos tiernos, la tranquilidad de saber que cuentas con un amigo en un momento de indecisión, placeres que alumbraron tu día. No debemos perder de vista lo hermoso que vivimos.

Entonces las preguntas que surgen son diferentes ¿Cómo puedo construir nuevos momentos felices con este aprendizaje? ¿Para qué me sirve este dolor? ¿Cómo ser capaces de tomar el dolor y convertirlo en crecimiento?

Es difícil esto en un momento de dolor. Pero tal vez los amigos ayuden a hacer esta reflexión, que vale la pena, porque después viene la paz. Y la paz en el alma nos ayuda a vivir más sanos, mejor.

viernes, 21 de mayo de 2010

¿Qué nos mueve?

Hace poco conocí a un hombre extraordinario. Es bueno en su trabajo, con gran capacidad de trabajo en equipo. Pero lo sorprendente llega al ir explorando su vida con mayor detalle. Uno entonces descubre que dedica parte de su tiempo a construir mediaguas para personas que perdieron su casa con el terremoto, que se preocupa de recolectar ropa y alimentos para llevarlos a un pueblo en el sur y organiza grupos de ayuda para diversos fines con gran capacidad de convocatoria. Él construye con un inmenso deseo de hacer de este mundo un lugar mejor para todos.

Desde hace un tiempo, una mujer que me conoce muy poco se ha dedicado a hacer comentarios negativos sobre mí. Puede que alguien se haya dejado convencer por sus palabras inteligentemente hilvanadas. Yo sé que no son ciertas y eso me basta. Esta situación ni siquiera me produce rabia. Más bien curiosidad. Porque quisiera saber qué la mueve. ¿Por qué gastar esfuerzos en dañar a alguien en vez de disfrutar lo que tiene?

¿Qué mueve a las personas a elegir en cada momento hacer una cosa u otra? ¿Por qué algunos miran hacia adelante y otros sólo el momento? ¿Por qué algunos miran a los demás y otros sólo a sí mismos? ¿Dónde surge esa llama que enciende el espíritu de una persona y la convierte en un constructor del universo?

Me gustaría poder contestar estas preguntas, porque sé que los que agradecen lo que tienen y tratan de compartirlo disfrutan de mejor salud que aquellos que se centran en quitarle algo a los demás.

sábado, 1 de mayo de 2010

Hagamos el cambio

En octubre, poco después de mi cumpleaños, comencé a sentir que debía prepararme para algo. No sabía exactamente de qué se trataba, no estaba frente a una premonición ni nada parecido. Sólo la sensación de que vendrían cambios importantes, que me afectarían de alguna forma. Tampoco adivinaba hacia dónde llevarían esos cambios.

A los pocos meses comenzaron, efectivamente, a transformarse varios aspectos en mi vida. Algunos en un sentido claramente positivo, otros, con sufrimientos grandes que más adelante, seguro, comprenderé.

Y vino el terremoto. Gran revolución de cómo vive uno lo cotidiano. Pero lo más estremecedor todavía no llegaba. Tuve la oportunidad de trabajar en Chillán y Talcahuano, donde el terremoto tomó una dimensión humana muy potente. Mucha gente vivió dolores inmensos, en un desamparo que es, también, nuestra responsabilidad. Cruzar esas miradas, sentir la responsabilidad de devolver algo de luz fue una experiencia muy marcadora en mi vida. Aunque no fue fácil ese período, agradezco haber podido encontrarme con mis sentimientos más profundos. Agradezco haber podido ayudar a mitigar algún dolor. Agradezco la posibilidad que me dio, todo este torbellino de eventos y sensaciones, de conocer personas absolutamente maravillosas.

Pero lo más estremecedor es que esta gente no empezó a sufrir con el terremoto. Este evento sólo transfirió a nuestra consciencia situaciones de abandono, de un exilio interno que no trajo consigo oportunidades de conocer otros mundos ni de estudiar y forjarse un futuro. Éste era un exilio de la zona visible de nuestra sociedad. Ellos siempre estuvieron allí, con dolores diversos, pero nuestra vida transcurría en otra dimensión de este mismo país.

En el día del trabajo, quiero enviarle al universo mi deseo de que toda esa gente, que vio como el mar les llevaba su vida fuera de la vida, que vio como el terremoto derrumbaba los pilares de su mundo, vuelva a encontrar la posibilidad de trabajar para reconstruir sus sueños. Y quiero proponerme participar para que eso sea posible.