sábado, 30 de julio de 2011

Juntémonos

Una de las cosas más sanadoras que existe es compartir con personas que queremos y que sabemos que nos quieren. Compartir con amigos que nos escuchen, nos acompañen o nos hagan sentir importantes, es vital para nuestra salud. El ser humano es gregario por naturaleza, necesitamos ser parte de una red. Todos los problemas se sienten más pequeños si los compartimos con gente contenedora. Todas las ideas se afinan y crecen si nos ayudan personas que desean nuestro éxito. Por último, el sólo hecho de tocarse ha demostrado que tiene un efecto anti-estrés en el humano.

Pero no todas las relaciones hacen bien.

Debemos elegir personas positivas, que nos quieran, que sepamos honestas con nosotros. Y que deseen ser parte de nuestras vidas. Más de una vez he escuchado personas que se quejan de alguien que les genera muchos problemas sin que, aparentemente, les aporte nada bueno. Pero insisten en mantener la relación. ¿No sería mejor dejar que esa persona siga su camino y buscar alguien que nos respete? No hay que olvidar que todas las relaciones que tenemos son elegidas y construidas por nosotros. Lo que la relación nos da… es lo que hemos aceptado. Pero… ¿es lo que queremos seguir aceptando? Es nuestra responsabilidad escoger las personas de quienes vamos a depender emocionalmente.

Por otro lado, debemos estar conscientes de lo que nos ocurre en el grupo. La velocidad con que vivimos nos obliga a pasar por nuestros días en forma automática, cumpliendo obligaciones, repitiendo rutinas. Y eso nos adormece un poco, como también puede hacerlo un exceso de alcohol, el uso de drogas o una baja autoestima. Pero cuando estamos con amigos necesitamos claridad respecto a lo que está ocurriendo, para aprovechar contactos emocionales de buena calidad. Si no nos sentimos contenidos, optimistas, queridos, probablemente no estamos en el lugar correcto. Pero sólo lo detectaremos y podremos corregirlo si no entorpecemos nuestra conciencia.

Juntémonos, pero con amigos que elegimos y que creemos que vale la pena cuidar.