sábado, 18 de abril de 2009

Soñar hace bien

Sin duda que mirar hacia el futuro con una idea de lo que queremos ser es bueno para todos. Pero esta vez me refiero al sueño físico, ese descanso de nuestro cuerpo y nuestra mente que repara lo dañado o agotado durante la vigilia. Después de un día largo y productivo necesitamos reparar tejidos, recuperar fuerzas. Y el sueño nocturno hará ese trabajo para nosotros. Por esta razón, debemos respetar esta exigencia del organismo de descansar.

Los seres humanos funcionan con un ritmo circadiano que se guía por los ciclos de luz y oscuridad del día y la noche. Durante el día, está activada esa parte de nuestro sistema nervioso que determina la vigilia. Cuando llega la hora del descanso se activa la zona que determina el sueño. No se trata de una sola zona que se activa o inactiva, por eso, para que ambas zonas se coordinen, es importante no desconcertar a nuestro organismo.
Procuremos que nuestro dormitorio esté oscuro a la hora del descanso y dejemos que entre la luz cuando nos despertemos.

Mantengamos un horario ordenado, acostándonos y levantándonos más o menos a la misma hora todos los días. Nuestro sistema nervioso autónomo agradecerá que no le desconcertemos. En el caso de los niños debemos procurar que se vayan a la cama antes de las diez y media de la noche, para aprovechar al máximo la producción de la hormona de crecimiento. En el caso de los ancianos, que requieren menos horas de sueño, el cuidado estará puesto en no dormir demasiado temprano para no completar las horas de sueño en una hora incómoda en la que todos los demás aún estén durmiendo. En general, es más fácil dormirse más tarde que despertar más temprano que el resto.

Nuestro dormitorio debe ser un lugar agradable, destinado sólo al sueño y al sexo. No acostumbremos a llevar tareas diferentes a la cama. No incorporemos distractores como televisión o gran cantidad de muebles o adornos. El lugar debe sernos agradable.

Para condicionar este cambio de guardia entre la zona activadora de vigilia y la activadora de sueño, démosle un aviso a nuestro cuerpo antes de ir a dormir. La leche tibia es clásica, pero también puede ser un té de hierbas o cualquier otra cosa que nos ayude a decirle a nuestro organismo: “prepárate para el descanso”

Está demostrado que el ejercicio regular ayuda a mejorar la calidad del sueño. Para esto basta con salir a caminar media hora al día.

Una mejor calidad de sueño se puede obtener si acostumbramos a relajarnos antes de dormir. Hay muchas formas de conseguirlo. Una de ellas es tenderse de espaldas en la cama, haciendo consciencia de cada parte de nuestro organismo en secuencia, tratando de relajarlas. Centrarnos luego en nuestra respiración nos permitirá limpiar la mente y prepararla para el sueño.

Así como evitamos las actividades activantes antes de acostarnos, debemos prescindir de consumir bebidas con alcohol o sustancias estimulantes. Las personas que se activan con la cafeína deben evitarla. Asímismo, hay personas que deberán rehusar cualquier comida antes de ir a la cama.

Si tenemos todos estos cuidados y nuestro sueño no es normal acojamos el aviso y busquemos la ayuda de un médico. Este signo puede ayudarnos a descubrir varias enfermedades que se manifiestan, entre otras cosas, por alteraciones del sueño. Si nuestros hábitos no son saludables tendremos muchas molestias y no sabremos a cuál dar importancia. Pero si tratamos bien a nuestro organismo sabremos que las molestias que tengamos corresponden a condiciones que requieren atención. Y podremos ponerles atención y tomar medidas que nos permitan vivir más sanos.

No hay comentarios: