sábado, 4 de julio de 2009

¿Vale la pena el esfuerzo?

Hace unos días me tocó escuchar una conversación entre dos jóvenes. Ella se refería a otra niña, no presente allí, como irresponsable, caprichosa y coqueta (usó, en realidad, un término más fuerte). Es probable que la chica aludida no haya sido tan irresponsable o caprichosa como intentaban hacerla parecer, sino más bien, una evidente amenaza; pero no va por ahí mi comentario.

Me quedé pensando en la energía desplegada en ese esfuerzo. La argumentación tenía dos posibles destinos:

El joven podía seguir su camino, sin darse por aludido respecto a los comentarios. En este caso, el brío de la comentarista sería, claramente, perdido.

La otra posibilidad es que la chica, finalmente, le convenciera de ser mejor que la irresponsable. Pero… entonces ella sería mejor que alguien poco valioso (según sus propios planteamientos) …¿no es más gratificante ser elegido si las alternativas son también buenas?

Me quedé pensando después de que se alejaron. Se elige a cada momento hacia dónde dirigir la voluntad. Cada opción puede aportar al universo o quitarle algo a otros. Para cada resolución hay que intentar mirar hacia la jugada siguiente… ¿adónde lleva nuestra determinación?

No hay forma de que estos esfuerzos destructores den un resultado positivo… Es mejor invertir la energía en construir. Para todos alcanza el amor en este mundo. Y el amor es, básicamente, una fuerza creadora. Siempre.

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