sábado, 25 de julio de 2009

El amor es una fuerza creadora

El amor es un sueño que se viste con muchos trajes diferentes. Lo imaginamos de mil maneras y construimos nuestros propios esquemas. Creemos que el amor debe satisfacer muchas de nuestras carencias, que llenará espacios que no hemos podido llenar nosotros mismos, que traerá la felicidad que no hemos sabido vislumbrar caminando solos.

Pero el amor no traerá ninguno de estas cosas como si fueran obsequios que llegan desde lejos hasta nuestra puerta. Sólo hará germinar lo que ya anida en nuestro espíritu.

Reconoceremos el amor cuando notemos que sale a la superficie la excelencia que hay en nosotros. Cuando una fuerza invisible nos ayude a buscar un resultado superior, cuando queramos actuar lo más correctamente posible para honrar a quien amamos. Advertiremos el amor a nuestro lado cuando el tiempo pierda su significado. Cuando empecemos a desempolvar esos sueños que harán mejor el universo y nuestra vida; esos mismos sueños que se habían apretado en un rincón para dejarnos vivir la rutina.

El amor no es una obsesión ni el trofeo en una competencia, es una fuerza creadora y permanece más allá de la presencia de quienes la generaron. Si queremos saber si es amor… preguntémonos si nos hace bien, si nos llena de paz. Y si se trata de nuestra pareja, contestémonos con la mayor honestidad; a su lado, además de este ímpetu generador ¿sentimos la sensación de haber recalado en un puerto seguro?

Para poder recibir toda la potencia del amor en nuestras vidas, debemos prepararnos, aprender a ver la felicidad que está en nuestro pecho, usar espacios en nuestra vida para encontrar calma o ver oportunidades de crecer. Debemos cultivar la capacidad de disfrutar sin parafernalia, con películas antiguas de la televisión o un simple café. Y cuando estemos preparados… el amor llegará.

No hay comentarios: