miércoles, 18 de marzo de 2009

Conversémonos un café

El ser humano es gregario por naturaleza. Cada sujeto precisa de los otros y es necesario para el resto. Los demás pueden enseñarnos, hacernos sentir queridos, ayudarnos a reconocer hechos importantes para nuestra salud, motivarnos a ser mejores, apoyarnos para ser felices. Para eso están ahí. Y para alguna de esas cosas estamos nosotros en la vida de los otros. Debemos procurar que nuestras relaciones humanas puedan atender alguna de estas necesidades. Busquemos en esas personas que están a nuestro lado cuál de los beneficios mencionados debemos agradecerles. Y hagámoslo, a todos nos hace bien que nos den las gracias por estar ahí.

Tratemos de pedirle a nuestros cercanos aquellas cosas que les resulten fáciles. Nuestra pareja nos debe apoyar para ser felices, nos puede motivar para ser mejores. Nuestros hijos, en su constante desarrollo, nos enseñan cada día algo nuevo. Nuestro médico o nuestra nutricionista saben bien qué rutinas alimentarias serán elegibles, nuestro dentista nos enseñará cómo cuidar la salud de nuestra boca. Cada uno de los individuos que están a nuestro alrededor tiene una experticia particular y debemos reconocerla, respetarla y estar abiertos para recibir un regalo a través de ella.
Todas las personas que están cerca de nosotros pueden enseñarnos algo, incluso aquellos que no tienen largos años de estudios formales, porque la vida nos ha enseñado a todos por diferentes caminos. Todos podemos mejorar el mundo de otras almas.

Conversar nos puede ayudar a entrar en nuestro propio mundo. Conocernos es un proceso complejo y largo. Y para lograrlo debemos enfrentarnos con las dudas y los sueños que a veces duermen mucho tiempo en nuestros corazones sin salir. Las personas que amamos pueden facilitar este proceso.
Conversemos. De nuestras preocupaciones, planes, dudas; de amor, salud, sexo, trabajo; de costumbres, deportes, recreación. Conversemos. Será más fácil crecer, será más fácil vivir mejor.

No hay comentarios: