miércoles, 6 de mayo de 2009

Redescubramos el sonido del silencio

Nos hemos desacostumbrado al silencio. Vivimos en un mundo de ruidos que no nos permite escuchar el silencio muy a menudo.
El ruido nos mantiene en constante preocupación por lo que ocurre a nuestro alrededor.
Sin embargo, el silencio es sanador, necesario y nos permite encontrarnos con nosotros mismos.

El silencio nos permite generar intimidad con nosotros mismos, contarnos qué queremos, de qué estamos desilusionados, qué deberíamos cambiar para ser más felices, qué valoramos, qué somos, qué dones nos han sido concedidos. Y nos permite agradecer. Por lo que somos, por lo que hemos vivido, por las personas que están a nuestro alrededor.

Sólo si somos capaces de estar en silencio con nosotros mismos podremos llegar a disfrutar del silencio compartido, una forma de intimidad con el ser amado que sólo disfrutan aquellos que están en paz consigo mismos.

Busquemos instancias para estar en silencio, reencontrarnos y reencantarnos con lo que somos. Viviremos mejor.

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