jueves, 26 de marzo de 2009

Todo lo que hacemos nos da salud (o nos la quita)

Cada decisión que tomamos, cada cosa que dejamos de hacer va construyendo nuestras vidas tal como las vivimos. Si la cosecha es buena es porque la siembra ha sido sabia.

Tendemos a pensar que cuidar las consecuencias de nuestros actos se refiere sólo a actuar dentro de la ley o con respeto por el prójimo. Si bien es cierto que debemos preservar este tipo de actuaciones, debemos también tomar en cuenta que las consecuencias de nuestros actos no siempre las sufren los otros.

Muchas veces es nuestro propio organismo el que sufre porque hemos sido irresponsables con él. Pero cuando esas consecuencias llegan, actuamos como si vinieran del espacio exterior. Nos duelen las rodillas. Pero llevamos años sobrecargándolas con un sobrepeso por el que no hacemos nada. Nos molesta el colon. Pero no hacemos nada para aprender a manejar el estrés del día a día y caminamos por la vida en forma automática. Tenemos un gran riesgo de eventos cardiovasculares, pero no estamos dispuestos a dejar de beber o de comer grandes cantidades de carne.

Si revisamos nuestras pequeñas decisiones de todos los días veremos que somos verdaderos protagonistas de nuestra vida. Cuando elegimos bebidas gaseosas en vez de agua, cuando elegimos fumar en vez de salir a caminar, cuando comemos un gran trozo de carne en vez de un plato de lentejas, cuando decidimos pasar media tarde pensando en problemas que nos estresan pero que no estamos solucionando. Sí. Pero también construimos nuestro futuro cuando caminamos en vez usar el auto, cuando conversamos con nuestros seres queridos sobre los límites que deben respetar, cuando decidimos convertir nuestro hobby en una actividad rentable, cuando buscamos nuevas maneras de comer alimentos saludables que antes no nos gustaron.

Todas estas decisiones que parecen tan diversas y poco relevantes son las que van construyendo nuestra salud. Para mal o para bien. Según nuestra voluntad. Pequeñas medidas nos pueden acercar a vivir más sano. A vivir mejor. Si tiene preguntas sobre sus hábitos de vida, o cree que puede ayudar que su entorne mejore su estilo de vida, visite los servicios en línea de www.estilosaludable.org

viernes, 20 de marzo de 2009

¿Qué es comer bien?

Comer bien es difícil de conseguir. Incluso es difícil de definir. Pero es importante tratar de aprender un poco más del tema porque los alimentos que ingerimos o dejamos de ingerir determinan, en gran parte, cómo va a ser nuestra salud.
Comer bien es proporcionarle a nuestro organismo las sustancias que necesita para funcionar y para reparar tejidos. Y, al mismo tiempo, consumir la menor cantidad posible de elementos perjudiciales para nuestro cuerpo.

Por un lado, debemos asegurarnos una cantidad suficiente de proteínas, algunos tipos de grasa, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibra.

Por otro lado, debemos evitar los hidratos de carbono refinados (azúcares), algunas grasas, anilinas, excesos en general.

Suena complejo, ¿verdad? Lo es. Por eso es importante que no aplique todos los comentarios que escucha, sino que seleccione aquellos que vienen de profesionales idóneos.

Pero la buena noticia es que hay formas de acercarnos a ideal:

• Comer variado. De esta forma iremos obteniendo de diversos alimentos lo que cada uno puede aportar. Y será más divertido.

• Comer legumbres al menos dos o tres veces por semana, porque ellas aportan proteínas, fibra y algunos minerales que no son fáciles de encontrar en la naturaleza. Prefiramos prepararlas con algún cereal (arroz, mote) para aprovechar mejor las proteínas que contienen.

• Comer mucha verdura y frutas. La fibra que contienen tiene roles de extraordinaria importancia. Como aportan vitaminas, muchas de las cuales se destruyen con el calor, algunas veces debe preferirlas crudas. Exploremos nuevas opciones. La ensalada no es la única forma de comer verduras.

• Comer pocas grasas de origen animal. Las grasas son necesarias para el organismo, pero no son todas iguales. Las grasas que provienen de los animales que caminan pueden agregar un trabajo exagerado a nuestro metabolismo.

• No consumir menos de 1000 calorías al día. Cuando hacemos dietas de semiayuno nuestro organismo echa a andar diversos procesos que no son del todo beneficiosos. Por ejemplo: destruye sus músculos para obtener la energía que no le llega de otra forma.

Estas recomendaciones son generales. Cada persona es un mundo en sí mismo y puede requerir indicaciones especiales, por sus características personales. Si usted tiene algún trastorno conocido o no ha controlado su salud en los últimos doce meses le recomiendo acercarse a un centro de salud. El médico, en conjunto con otros profesionales cuando sea necesario, podrá personalizar estas recomendaciones. Ayuda complementaria puede encontrarla en el sitio www.estilosaludable.org

miércoles, 18 de marzo de 2009

Conversémonos un café

El ser humano es gregario por naturaleza. Cada sujeto precisa de los otros y es necesario para el resto. Los demás pueden enseñarnos, hacernos sentir queridos, ayudarnos a reconocer hechos importantes para nuestra salud, motivarnos a ser mejores, apoyarnos para ser felices. Para eso están ahí. Y para alguna de esas cosas estamos nosotros en la vida de los otros. Debemos procurar que nuestras relaciones humanas puedan atender alguna de estas necesidades. Busquemos en esas personas que están a nuestro lado cuál de los beneficios mencionados debemos agradecerles. Y hagámoslo, a todos nos hace bien que nos den las gracias por estar ahí.

Tratemos de pedirle a nuestros cercanos aquellas cosas que les resulten fáciles. Nuestra pareja nos debe apoyar para ser felices, nos puede motivar para ser mejores. Nuestros hijos, en su constante desarrollo, nos enseñan cada día algo nuevo. Nuestro médico o nuestra nutricionista saben bien qué rutinas alimentarias serán elegibles, nuestro dentista nos enseñará cómo cuidar la salud de nuestra boca. Cada uno de los individuos que están a nuestro alrededor tiene una experticia particular y debemos reconocerla, respetarla y estar abiertos para recibir un regalo a través de ella.
Todas las personas que están cerca de nosotros pueden enseñarnos algo, incluso aquellos que no tienen largos años de estudios formales, porque la vida nos ha enseñado a todos por diferentes caminos. Todos podemos mejorar el mundo de otras almas.

Conversar nos puede ayudar a entrar en nuestro propio mundo. Conocernos es un proceso complejo y largo. Y para lograrlo debemos enfrentarnos con las dudas y los sueños que a veces duermen mucho tiempo en nuestros corazones sin salir. Las personas que amamos pueden facilitar este proceso.
Conversemos. De nuestras preocupaciones, planes, dudas; de amor, salud, sexo, trabajo; de costumbres, deportes, recreación. Conversemos. Será más fácil crecer, será más fácil vivir mejor.

martes, 10 de marzo de 2009

Nosotros elegimos nuestro estilo de vida

Los hábitos que elegimos se hacen invisibles con el paso del tiempo. Nos acostumbramos a saltarnos el desayuno, a comer colaciones tipo chatarra en vez de llevar algo preparado desde la casa, a fumar, a sentarnos largas horas frente al televisor cada noche. Y no tenemos inquietud ni curiosidad por saber si estamos protegiendo o descuidando nuestra salud. Estos hábitos silenciosos se instalan en nuestras vidas con tal fuerza, que llegamos a pensar que los hábitos nos han elegido a nosotros y no al revés.

Incluso pensamos que no podemos modificarlos, o que no queremos hacerlo, para evitarnos el desgaste de energía que significa romper la inercia. A todos nos ha pasado. De alguna forma justificamos esas costumbres que sabemos que no son del todo sanas, pero que sería trabajoso romper. Nos convencemos de que no tenemos tiempo, de que es mejor esta rutina que alguna otra más dañina, etc. Seguimos consumiendo una cantidad exagerada de bebidas o evitando hacer ejercicio.

Para no engañarnos prioricemos. ¿Qué es lo que más nos importa? ¿Quiénes son los que más nos importan? ¿Cómo disfrutamos más de nuestra vida? ¿Cómo atendemos mejor las necesidades de los que tanto queremos? ¿Estando sanos o atados a un estilo de vida que nos hace envejecer a una velocidad exagerada? Si intentamos ordenar de mayor a menor todas las posibles gratificaciones de nuestra vida será más fácil decidir qué prácticas debemos conservar y cuáles debemos desechar. Hagámoslo lento, no todos los cambios a la vez; pero sin pausa, para construir, cada día, una vida más sana, una vida mejor.

Para algunos consejos prácticos que pueden ayudarle en este camino, visite www.estilosaludable.org

lunes, 9 de marzo de 2009

Tomar riesgos puede acercarnos a la felicidad.

El ser humano tiende a preferir mantenerse atado a una situación mediocre, triste o estresante simplemente porque es conocida. Cambiar puede ser un gran desafío, aunque exista la posibilidad de encontrar felicidad. Y muchas veces nos quedamos en la inercia, sin intentar romperla por no arriesgarnos. Y se van así muchas posibilidades de buenos momentos o gran felicidad.

Aprendamos a aventurarnos por la vida. Primero con pequeñas cosas:
• Preparemos o pidamos un alimento de una forma diferente
• Ordenemos la rutina de una forma diferente
• Comamos algo que no habíamos probado
• Retémonos a nosotros mismos en vez de asumir que no somos capaces. (Si creemos eso… de verdad no vamos a ser capaces)
• Si no nos gustó el cochayuyo como guiso probemos como ensalada
• Si no nos gustó la berenjena frita probémosla en lasagna.
• Inscribámonos en ese curso tantas veces postergado
• Escribamos esa carta que no nos hemos atrevido a escribir
• Vendamos ese mueble que nos trae malos recuerdos
• Consigamos ese libro que queremos leer desde hace tiempo

Con el tiempo, tomar riesgos se hará más natural. Y podremos preocuparnos de esas grandes decisiones que hemos postergado por miedo. Sea la posibilidad de una nueva carrera, de alcanzar el peso ideal, de tener una pareja compatible, de tener buena salud…sólo tenemos que atrevernos a ir haciendo los cambios necesarios, aunque inicialmente sea un poquito atemorizante. No se trata de lanzarnos al vacío sin pensar en las consecuencias, sino de estar en mejor sintonía con nuestros deseos más profundos. Así, buscaremos caminos para alinearlos con nuestra vida cotidiana. Y nuestra vida empezará a fluir más fácilmente. Todo será posible, porque, recordemos, detrás de la voluntad anidan los deseos. Aquello que deseamos verdaderamente se abrirá paso a través de nuestro atrevimiento y se hará realidad.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Los alimentos son energía cristalizada

Los alimentos son la forma visible de los rayos del sol y de la fuerza del universo.
Las plantas han cogido el aire y la luz solar y la han convertido en comida que dará energía a nuestro cuerpo. Nuestro organismo no tiene mecanismos eficientes para convertir la luz del sol en energía de nuestros sistemas. Las plantas hacen ese trabajo por nosotros, gracias a la fotosíntesis. El resultado es que podemos obtener la fuerza que necesitamos para funcionar al consumir los vegetales y a aquellos animales que aprovecharon esta savia antes que nosotros. Este es un proceso milagroso que nos permite vivir tan bien como deseemos hacerlo.

Alimentarnos es casi un rito sagrado. Debemos comprender que el cosmos completo funciona para nosotros, para disponer nutrientes para nuestro crecimiento, nuestro desarrollo y la restauración de nuestro aliento para enfrentar nuevos desafíos. De esa forma será más fácil entender la responsabilidad que tenemos para hacer buen uso de este esmero de la naturaleza.

Los alimentos son regalos de la creación para nuestro beneficio. No debemos perderlos o estropearlos ni darles mal uso. En un sentido estrictamente práctico, debemos aprovechar de buena manera los manjares que nos han sido ofrecidos. En un sentido más espiritual, debemos agradecer la bendición diaria que significa poder nutrirnos y disfrutar. En esta actitud positiva y respetuosa, comer nos permitirá vivir mejor.

Y para construir toda una experiencia podemos pedir la ayuda del equipo de PaprikaProducciones.